La Romana.- El nombre de
José Ignacio Morales es
poco sonoro para muchos criollos, pero cuando se habla del taller El
Artístico de inmediato es asociado con el gigantesco reloj del Boulevar
de la 27 de Febrero y otras obras en hierro forjado y reciclado con los
que este humilde hombre trascendió a la fama mundial y mantiene en alto a
la República Dominicana.
De joven, y en principio un simple soldador hijo de una lavandera que
temprano se separó de su padre, José Ignacio, oriundo de esta ciudad,
acarició la idea de crecer profesionalmente y comenzó a hacer pinitos
moldeando latas de salsa y de otros productos.
Fue así como
continuó innovando haciendo lámparas, bompers de vehículos y verjas
decorativas para viviendas y grandes negocios hasta convertirse en uno
de los principales diseñadores de estructuras metálicas de reconocidas
cadenas de hoteles internacionales.
Entre esas figuran Costa
Caribe, en Uvero Beach, en Miami; los Hoteles Ribiú, en México y
Jamaica, y otras firmas de España, Alemania, Francia, Italia, México,
Inglaterra Canadá y Connecticut, Estados Unidos, donde actualmente
realiza esculturas urbanas y, por supuesto, aquí.
En esta ocasión elabora un sello distintivo de la cadena de hoteles Pinces, que simula un coral en metal.
Ese
trabajo tesonero le ha permitido recibir distinciones como el “Mérito
civil” por el Rey de España, del Senado de Puerto Rico, de la Cuarta
Región de Chile y una extensa lista de entidades extranjeras que
valoran su arte.
Pese a eso, ni por todos trabajos,
especialmente en la cadena Meliá y grandes hoteles del país, ha
conseguido ser “poeta en su tierra”. En su oficina y taller, ubicados a
la entrada de La Romana, escasos reconocimientos criollos dan cuenta de
su esfuerzo, que puede ser modelo para impulsar a la nueva generación
que va detrás de un futuro exitoso en base a un trabajo honesto, sin
caer en malas acciones.
Tambores En su
taller, donde moldean a base de fuego y golpes el hierro, bronce, acero
inoxidable, aluminio, plata y otros metales, escuchando de fondo una
especie de tambores combinados por los martillos de los ayudantes que
siguen las instrucciones del artista, Morales narró a EL DÍA cómo se
inició y logró trascender.
A sus 16 años, siendo apenas soldador y
cursando el bachillerato, se fue a trabajar a Santo Domingo en la
compañía Los Navarros y conjuntamente pasó a estudiar en la Escuela
Vocacional de las Fuerzas Armadas, pasando poco tiempo después a ser
instructor de ese centro en La Romana.
Fue así como logró
participar en el proyecto Chavón, que involucró a importantes artistas
del diseño y esa oportunidad marcó un hito en su vida y le facilitó
crear su taller El Artístico.
“Ahí trabajamos en 1979 con el
italiano muy famoso Roberto Copa, que era el diseñador de Pino Lurenti y
la actriz Silvana Mangano.
“Empecé, con la familia Charles
Bludhorn, dueño de lo que era el proyecto de Chavón, donde hice
trabajos más profesionales y artísticos, porque tenía que interpretar al
diseñador Roberto Copa”, dijo Morales. Se relacióno con el diseñador
Oscar de la Renta, interpretando por igual sus ideas.
Interpretó a Oscar Con
De la Renta, en 1990, participó en una exposición al inicio de la
Fundación Mir. Allí mostró sus obras y a partir de esa oportunidad tuvo
una amplia cartera de clientes internacionales que le permitió tener
presencia en exposiciones de Italia, Alemania, Nueva York, Taiwán y
muchos otros países.
En 1993 hubo una exposición mundial en
España, donde participaron 84 países, y en lo relativo a metal su taller
El Artístico recibió el primer lugar, a partir de ahí y la exposición
Mir comenzó a recibir pedidos de Italia y Francia, entre otros países