jueves, 4 de julio de 2013

José Ignacio Morales El Atístico


La Romana.- El nombre de
José Ignacio Morales es poco sonoro para muchos criollos, pero cuando se habla del taller El Artístico de inmediato es asociado con el gigantesco reloj del Boulevar de la 27 de Febrero y otras obras en hierro forjado y reciclado con los que este humilde hombre trascendió a la fama mundial y mantiene en alto a la República Dominicana.
De joven, y en principio un simple soldador hijo de una lavandera que temprano se separó de su padre, José Ignacio, oriundo de esta ciudad, acarició la idea de crecer  profesionalmente  y comenzó a hacer pinitos moldeando latas de salsa y de otros productos.

Fue así como continuó innovando haciendo lámparas, bompers de vehículos y verjas decorativas para viviendas y grandes negocios hasta convertirse  en uno de los principales diseñadores de estructuras metálicas de reconocidas cadenas de hoteles internacionales.

Entre esas figuran Costa Caribe, en Uvero Beach, en Miami; los Hoteles Ribiú, en México y Jamaica, y otras firmas de España, Alemania, Francia, Italia, México, Inglaterra  Canadá y Connecticut, Estados Unidos, donde actualmente realiza esculturas urbanas y, por supuesto, aquí.

 En esta ocasión elabora un sello distintivo de la cadena de hoteles Pinces, que simula un coral en metal.

Ese trabajo tesonero le ha permitido recibir distinciones  como el  “Mérito civil” por el Rey de España, del Senado de Puerto Rico, de la Cuarta Región de Chile   y una extensa lista de entidades  extranjeras que valoran su arte.

Pese a eso, ni por todos trabajos, especialmente en la cadena  Meliá y grandes hoteles del país, ha conseguido ser “poeta en su tierra”. En su oficina y taller, ubicados a la entrada de La Romana, escasos reconocimientos criollos dan cuenta de su esfuerzo, que puede ser modelo para impulsar a la nueva generación que va detrás de un futuro exitoso en base a un trabajo honesto, sin caer en malas acciones.

Tambores En su taller, donde moldean a base de fuego y golpes el hierro, bronce, acero inoxidable, aluminio, plata   y otros metales, escuchando de fondo una especie de tambores combinados por los martillos de   los ayudantes que siguen las instrucciones del artista, Morales narró a EL DÍA cómo se inició y  logró trascender.
A sus 16 años, siendo apenas  soldador y cursando el bachillerato,   se fue a trabajar a Santo Domingo en la compañía Los Navarros y conjuntamente pasó a estudiar en la Escuela Vocacional de las Fuerzas Armadas, pasando poco tiempo después a ser instructor de ese centro en La Romana.

Fue así como logró participar en el proyecto Chavón, que involucró a importantes artistas del diseño y esa oportunidad marcó  un hito en su vida y le facilitó crear su taller El Artístico.

“Ahí trabajamos en 1979 con el italiano muy famoso Roberto Copa, que era el diseñador de Pino Lurenti y la actriz Silvana Mangano.

“Empecé, con la familia Charles Bludhorn, dueño de lo que era el proyecto de Chavón, donde hice  trabajos más profesionales y artísticos, porque tenía que interpretar al diseñador Roberto Copa”, dijo Morales. Se relacióno con el diseñador  Oscar de la Renta, interpretando por igual sus ideas.

Interpretó a Oscar
 Con De la Renta,  en 1990, participó en una exposición al inicio de la Fundación  Mir. Allí mostró sus obras y a partir de esa oportunidad tuvo una amplia cartera de clientes internacionales que le permitió tener presencia en exposiciones de Italia, Alemania, Nueva York, Taiwán y muchos otros países.

En  1993 hubo una exposición mundial  en España, donde participaron 84 países, y en lo relativo a metal su taller El Artístico recibió el primer lugar,  a partir de ahí y la exposición Mir comenzó a recibir pedidos de Italia y Francia, entre otros países